quiero amasarte sin descanso
para paliar el hambre de tu mundo
enharinarte con caricias la piel
moldearte las vergüenzas
para que sepan luego a deseo
y darte el fuego de mis besos
para que estés crujiente
en cada mordisco mío
y tenga que volver a ti
siguiendo los rastros
de las migas que me dejes.