permite
que me pierda
unos
segundos de nada
mirando
para adentro
ahora
no me interesa
el
pétalo enredado en tu cabello
la
gota de rocío en tu mejilla
ni
el aire a bienvenida de tu boca
ahora
resuena un relámpago en mi pecho
la
lluvia me ha empapado la camisa
y
hay terremotos constantes en mis piernas
debo
agarrarme al suelo
si
no te importa
mientras
el temporal amaina
y
no puedo permitirme
entiéndeme
dejarme
adormecer
por
la noche cerrada
de
tus ojos negros
y
continuar la pesadilla
Mejor cortar a tiempo y esperar a que el temporal amaine. Las pesadillas bien lejos...
ResponderEliminarMe gusta mucho este poema, Jaime. Cuánto me dice, poeta.
Un beso bien besado.
Gracias, Malena. Este me ha gustado hasta a mí, que ya es difícil...
EliminarOtro beso para ti, de esos bien besados, que deben sonar de maravilla.
Dices mucho y lo dices de una manera profunda y hermosa, incluso con una belleza que roza lo terrible que tiene el apartar, al menos de momento, aquello que amamos para centrarnos en otra faceta que en este instante nos parece más principal, otro asunto quizás o el mismo pero visto como un desgarro que hay que remendar.
ResponderEliminarYa sabes, porque supongo que lo sabes, que te aprecio... y mucho, lástima de mi pereza crónica para visitarte más a menudo, lástima de mi prudencia enfermiza por no molestarte con mis incursiones.
Un abrazo, mi amigo.
Tú sabes que también tienes mi aprecio y que no molestas nunca, que puedes pasar y decir cuánto y cómo quieras. Esa crónica pereza es compartida, así que, al menos en ese asunto, sabemos de lo que hablamos.
EliminarTe agradezco mucho tu visita y ese comentario a estas pequeñas letras que probablemente no merezca.
Un fuerte abrazo, Jota.