no debían haber
estado las venas
debajo de aquel cielo
gris
sólo la carne que
quería partir
y no eran las
cinco de la mañana
era la muñeca a
una hora cualquiera
en un
rompecabezas incompleto
no había pensado
en la sangre
no debía haber
habido vida
debajo de las
piezas, sólo un juego
o un collar de rendir cuentas
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