miércoles, 16 de marzo de 2011

Nacer es mala suerte.


Pensándolo despacio
gameto apresurado
cabrona célula con prisa
qué torpes fueron tus amigos

sospecho que el azar,
la maliciosa suerte,
intervino
para poner un huevo

y roto el cascarón
nacido ya el polluelo
sólo queda crecer
para estar muerto
esquivar los mordiscos
del animal más grande
freír en la sartén otros huevos
aprender a abrir botellas
de agua Firgas
vivir entre gusanos
y esperar el momento
de quedarte en los huesos

tal vez puedas pensar
que qué bonitas las playas
y los montes
los árboles, las flores
los bichos y los pájaros
de colores
el arte, la creación
la mente prodigiosa
la bondad y la risa
y un montón de cosas más
igual de preciosas

pero seguramente
envidias, en el fondo,
a esos otros gigantes
y cabezudos
que en un instante tonto
después de la carrera
vuelan y mueren
chocados contra un kleenex
o pierden la memoria
en un nudo de látex
en el váter.



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