Mira al bufón
cómo arrastra las manos
por la calzada
la grava entre los dedos
dejando atrás los anillos
las uñas, las escamas
¡Niño, deja de hacer regañizas!
y no saques la cabeza
por la ventanilla
que viene el coco
y el hombre del saco
y los papahuevos
y la bruja mala
y bichos que se comen
por las tardes
tus bocadillos de chocolate…
Mira el bufón
parado en un recodo
del camino
las pitas en su espalda
las manos empedradas
no le llegan
para secar las lágrimas.
joder jaime, impresionante.
ResponderEliminarMe gusta que te guste.
ResponderEliminarAunque no sé si lo creerás, tú (tus maneras, tus palabras, tu mirada) forman parte importante de estas últimas cosas...
Un besazo.