Nada que declarar aquí
bajo el sol de injusticia
de tu secuestro
amordazada mente
rodillas de granito
no quedan ya plegarias
ni cera para arder
las manos a la espalda
desposeídas
de poesía
no cabe una metáfora más
en este sótano encharcado
de viejas pasiones.
En un rincón oscuro
de este zulo olvidado
das vuelta al cargador
vacío
de las preguntas
ni cicatrices hay
de aquellos últimos disparos
sin aliento
deja que muera
tras este rapto en silencio.
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