martes, 8 de febrero de 2011

Pronombre.


Yo, que he sido tan feliz en la ignorancia
emborronando el cuero seco de los viejos,
dando saltitos por los espacios en blanco,
dejándome caer en el acantilado
de los puntos y aparte.

Y yo, resucitado en la primera mayúscula,
salvado por una conjunción copulativa
que aparece en la línea de la nada
cogida de la mano que no escribe
como una niña sola y asustada,
ahora te escucho la boca con espuma,
el gesto desairado y la mirada en llamas,
y echo a correr,
verso abajo,
derramado,
sin aire
y sólo
quedo
yo.

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