Recuerdo hablar hasta quedar
exhaustos
en viejas noches nómadas de
insomnio
acompañarnos del vino y los
cigarros
exilios en un mundo imaginario
recuerdo que bailábamos a oscuras
cuando el sudor es solo sabia savia
dejando en nuestras pieles de
verano
los rastros prohibidos del secreto
recuerdo amaneceres en la playa
el sol para mecernos la resaca
postales en los ojos
y el mar para bañar a la
inconsciencia
de imaginarnos sedientos e
inmortales.